Hace varios meses atrás me sentía internamente culpable.
¿Por qué me sentía culpable?
Por el simple hecho de haber aumentado la velocidad de mi sanación.
¿Por el qué?
Exactamente, me dije, “no Keishla, no tienes porque tener que sentirte culpable de sanar. No has hecho nada malo, te has ganado a ti, te has abrazado más fuerte que nunca y has confiado más en ti”.
Diría que en la vida, sólo un 10% de las situaciones que nos ocurren no son creadas ni atraídas por nosotros mismos.
Al contrario, ocurren porque tienen que pasar, por un propósito, por una lección que estaba destinada para que aprendamos de ellos.
Ahora viene lo mejor, luego de experimentar las emociones que provocan cada experiencia, nos toca a nosotros tomar la DECISIÓN de permitir que nos siga afectando o aprender de ellas e ir cerrando un capítulo en nuestra vida.
Si, dije decisión, en algún momento nos toca analizar si estamos preparado para concluir y cerrar un ciclo. Es en ese preciso momento, que tenemos que tomar una importante decisión, la cual nos llevará acercarnos a la “SANACIÓN”.
#NosTenemos
