Desvía tus pensamientos cíclicos poniendo en práctica uno o todos de tus cinco sentidos.
Esta mañana me entró una mini crisis existencial. Para poder controlarlo tuve que detener todo lo que estaba haciendo. Inhalé profundamente y lo solté todo.
Luego de encontrarme nuevamente en calma, me preparé un café con canela y me enfoqué en el presente.
¿Cómo logré desviar los pensamientos cíclicos?
Primero que nada, me enfoqué en la felicidad que siento cuando me tomo el café con canela. Las personas que me conocen saben que suelo tomarme el café oscuro sin azúcar.
Pero cuando deseo desviar un pensamiento repetitivo, me gusta sacar a pasear uno de mis cinco sentidos; el gusto. En mi caso, tomarme el café con canela es un desvío directo, me ayuda mucho.
¿Por qué me ayuda un simple café con canela?
Me ayuda porque me concentro directamente en el juego que hace el sabor del café con la canela. Me transporta a los tiempos de la universidad, donde me sentaba en Tostado* hacer mis trabajos con el café en mano.
Desde ahí, el café con canela lo he relacionado con la felicidad. ¿Lo ves? Algo simple, algo pequeño que hace en mi una gran diferencia para concentrarme nuevamente en el presente.
Así es la vida, una mareada ciclónica donde solo tú tienes el poder de controlarlo. Tu decides hasta donde, cómo y cuándo darle un “stop”. Porque nada es, ni puede ser estacionario, si tú tienes el control de ella.
Todo tiene que fluir.
#NosTenemos
