Cuando llega la semana de revivir el duelo, todo se vuelve gris y los flashbacks no tienen filtro ni mute. Ese reconocido vacío regresa sin llamarlo, solo porque se acerca las fechas más traumáticas.
De repente tomo un suspiro y pienso, «yo tengo el control, de decidir que quiero hacer con eso». Si tengo que exprimir mis emociones, las exprimo y vuelvo a mi presente. Pero fuera de ahí, yo decido qué hacer con este trauma, si quedarme toda la navidad lamentando lo sucedido o disfrutarme la época navideña e imaginar que él está en cada experiencia junto a nosotros.
A casi dos año, recuerdo aquél mensaje que él me envió el día que solo le quedaban horas de vida. Él me había escrito que quería que disfrutara con el nene. Aún así, ese mensaje se ha convertido en un impulso para mí, a no decaer y disfrutarme esta época con el nene, como él me lo había pedido aquél miércoles, 18 de diciembre de 2019.
No importa cuánto tiempo pase, esa persona siempre la llevaremos en lo más profundo de nuestra alma. Ahora miro al cielo y digo, «donde quiera que esté, él siempre estará en lo más profundo de mi corazón.
#NosTenemos
SANANDO CON LETRAS 