Y en medio del silencio escucho una vocecita decirme con entusiasmo, «mamá esta es la mejor familia».
¡Qué mucho se me estrujó el corazón escuchar este tierno mensaje de parte de mi hijo!
Nuestra familia se compone de dos, Lucas y yo. Al escuchar este mensaje caí en cuenta que no, no tengo una familia incompleta. En estos casi 6 años, hubieron pequeños momentos en que se me escapaba el pensamiento de que mi familia está «incompleta», por el simple hecho que papá no está y que al final del día somos dos en nuestro hogar.
Pero vuelvo y digo una vez más que ¡no!, ninguna familia está incompleta. Si analizamos y elevamos un poco nuestros pensamientos nos damos cuenta que el presente está completo. Están las personas que tienen que estar en el presente y punto.
Los deseos y los anhelos siempre van a estar en una esquinita atormentándonos un poco, pero tu presente, es decir, lo que tienes aquí y ahora mismo, lleva un gran valor escondido.
Ese mensaje fue una pequeña bofetada para mis pensamientos tormentoso. La simplicidad y el presente, son los que nos mantienen anclado a la verdadera esencia de la vida.
Vuelvo y repito, aquí nadie está sol@, lo que tu sientes y lo que tu atraviesas, lo atravesamos juntos. Porque a la hora de la verdad, todos estamos aprendiendo en esta Universidad llamada, ¡Vida!
¡Y los hijos son maestros de luz que nos acompañan y nos enseñan en el camino!
#NosTenemos
SANANDO CON LETRAS 